El cerebro es una maquina alucinante, 86 mil millones de neuronas constantemente adaptándose a una velocidad vertiginosa. Cuando leemos, nuestro cerebro viaja a otras épocas, a otros lugares. Nos hace ser John Silver o Huckleberry Finn. Y mientras genera este fabuloso intercambio, refuerza nuestras conexiones neuronales. Ejercitar el cerebro mediante la lectura es, por lo tanto, una manera de cuidad la salud.
El cerebro es otro órgano de nuestro cuerpo y hay que ejercitarlo para mantenerlo en su óptimo estado. Mantenerlo activo protege contra la demencia, el Alzheimer, mantiene la plasticidad neuronal y sirve para luchar contra el deterioro neuronal asociado a la edad.
No solo leer aporta un buen ejercicio cerebral, sino también escribir. Es como hacer un deporte, ejerció o gimnasia para la mente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la salud es un estado de completo bienestar, físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Existen múltiples conexiones entre estas areas del saber humano. Leer y escribir es salud, nos ayuda a comprender la realidad, y a ordenarla a través del lenguaje. La literatura enseña caminos para resolver conflictos. Ordenamos, comprendemos y de alguna manera predecimos la realidad, que es también lo que hace la ciencia.
