Se trata de un relato fascinante en el que se muestra el lado más despreciable del ser humano.
En este libro de Edgar Allan Poe relata como un personaje, y es que no dice su nombre, tiene animales, y tras casarse adquiere un gato. Cuenta como un día que andaba bebido, decidió arrancarle un ojo al gato porque no le gustaba su forma de mirarle,y aunque se arrepintió, el gato se quedó sin su ojo, más tarde, y para acabar con el sufrimiento del animal lo ahorcó en un árbol de su casa, cuando volvió a su casa vio como esta ardía descontroladamente quedando finalmente solo dos tabiques en pie, y es que todo lo demás se quemó, aunque ninguna persona sufrió daños, cuando el caballero fue a mirar lo poco que quedaba en pie de su casa, le llamó la atención uno de los tabiques que parecía casi intacto, en el que se perfilaba la silueta del gato.
Tras un tiempo relativamente corto, este hombre disponía de otra casa, tenía trabajo y se encontraba con su esposa, y un día estando en un bar, ver un gato y decide adoptarlo.
El gato no le hacía caso a él, solo estaba pendiente de su mujer ya que era a la que le mostraba todo su afecto, hasta que un día llega a su casa bebido y decide matar al gato, se echa el hacha al hombro, pero con la mala suerte de que su esposa se encontraba detrás de él para ver qué es lo que iba a hacer y recibe el hachazo y en el mismo acto la mata.
Viendo lo que había ocurrido, decide abrir un agujero en la pared para enterrar a la mujer y seguir con su idea de matar al gato, al cual no llegó a encontrar, al tiempo, los vecinos estaban extrañados por la desaparición de su vecina, por lo que este hombre era el principal sospechoso. Un día los agentes van a su casa para inspeccionarla, pero no encuentran nada, pero tras escuchar unos maullidos de un gato, van al sótano, y tras fijarse que proceden de detrás de una pared, la tiran y se encuentran a un gato y una mujer muerta.
