Éste es un libelo en el noble sentido de la palabra: una máquina propagandística que nace de la rabia y que no ofrece soluciones, sino una crítica despiadada contra la religión llamada economía, que ha hecho de nuestra civilización una de las más penosas de la historia.
Es probable que al leer el título que luce en la cubierta más de uno haya torcido el gesto, chascado la lengua y negado con la cabeza: ¿cómo no va a existir la economía, si estamos todos fastidiados por la crisis? Pues precisamente por eso. Bajo el yugo de la econocracia, la vida se ha reducido a cifras y modelos, que los economistas aplican sin piedad, y metiendo la pata con asombrosa frecuencia. Al igual que los escolásticos en su momento, los econócratas practican una forma de onanismo mental.
Antonio Baños Boncompain ha decidido exponerlos al escarnio público. Su lectura transversal de los clásicos y los neoclásicos, los progres y los reaccionarios le permite desvelar que la economía no es sino un sistema de creencias disfrazado de ciencia, y que sus profetas fallidos son los verdaderos responsables del fiasco.
Como lo descortés no quita lo valiente, en este libro el humor (más bien negro) y la denuncia (más bien agria) forman un tándem magnífico. Lamentamos informar de que en esta audaz historia destructiva de la econocracia se prescinde de los palabros propios de la casta sacerdotal de los economistas. Así que donde otros hablan de plusvalía, agregación, marginalismo o apalancamiento, aquí se anima a contraatacar empleando términos como esto, aquello, cosa, fistro o timo. No se lo pierdan.
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