En el libro Los besos no se gastan, la autora Raquel Martos realiza un viaje a través de su historia hacia el contexto de la España de los años 70. Ese momento en el que las nuevas tecnologías no permitían que los niños pudiesen estar permanentemente conectados a través de las nuevas tecnologías.
No existía la comunicación inmediata a través de whatsapp, sin embargo, sí existía la certeza de ir al parque o a la plaza del pueblo que se convertía en punto de reunión con el grupo de amigos.
Una historia de amistad incondicional
Lucía y Eva son dos amigas que vivieron su infancia en los 70. Treinta años después, Lucía es una ejecutiva de éxito profesional que tiene dificultades para enamorase. Eva sufre por un matrimonio roto y es una actriz profesional retirada. Está totalmente centrada en su hija Lola.
Los besos no se gastan bien podría ser un homenaje a la amistad como la verdadera historia de amor que experimentan muchas personas a lo largo de su vida ya que la amistad de Eva y Lucía es indestructible. En el libro se realiza una descripción realista de la amistad verdadera puesto que existen momentos muy felices compartidos entre Eva y Lucía pero ambas también han superado diferencias personales.
Una lectura ágil y divertida
Los besos no se gastan es un libro en el que las emociones se entrelazan entre sí, mostrando con igual acierto instantes de alegría y otros momentos más dolorosos. Eva y Lucía son dos personas que se conocen a lo largo de su vida tras una infancia que echó sus raíces en la niñez. Se trata de un libro en el que el viaje al pasado tiene más sentido que nunca para vivir mejor el presente.
La historia cobra un interés especial porque Eva y Lucía son dos personas con dos perfiles bien distintos: Eva es una persona insegura y dependiente mientras que Lucía es una mujer con las ideas muy claras.
Los Besos No Se Gastan (Novela y Relatos) es una lectura muy agradable especialmente recomendada para el verano, un tiempo en el que la amistad cobra más sentido todavía. 
