Huyendo de la horrorosa II guerra mundial, la familia Carver se traslada a una casa situada a orillas del atlántico. Al parecer la mansión tiene una oscura leyenda: una familia trató durante años tener un hijo, pero a pesar de sus esfuerzos y de el dinero que tenían, parecía que nunca lo conseguirían. Pero un día nació un niño llamado Jacob, sin embargo la fatalidad quiso que el niño se ahogara, aunque parece ser que no fue un accidente, sino que un personaje de un circo ambulante, una siniestra figura conocida como el Príncipe de la Niebla, está detrás de la muerte.
Este singular personaje se caracteriza por la facultad de conceder cualquier deseo, pero siempre se cobra un alto precio y nunca se queda sin reclamarlo. Max es el hijo de la familia que se ha trasladado a la casa, y en la playa conoce a Roland, un joven que vive con su abuelo en el faro. Pero Roland tiene un oscuro secreto: en realidad se trata de Jacob, y el que creía su abuelo en realidad es su salvador, que le cambió el nombre y le ocultó de su trágico destino.
Roland entabla una estrecha relación de amistad con la hermana de Max, Alicia. Los dos jóvenes se enamoran y pasan juntos un verano lleno de aventuras y peligros. Y es que el Príncipe de la Niebla siempre vuelve para cobrarse sus deudas, aunque para conseguirlo tenga que volver del mismísimo infierno. Para él no existe el tiempo ni el espacio, nunca parpadea y los ojos le cambian de color. Para él el tiempo no es nada, solamente una ilusión sobre la que puede dibujar a su antojo.
¿Conseguirá Roland huir del destino que debería haber sufrido hace tantos años? Recordemos que al Príncipe de la Niebla no se le puede engañar…
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