Hay que leer de todo solían decirnos en el pasado, no podemos concentrarnos y no deberíamos solo en los libros que la multitud considera bestsellers como el bestseller de 50 Sombras de Grey de E.L. James, porque en la literatura hay grandes obras literarias para toda clase de interés, y claro siendo que los libros contribuyen a nuestra formación, aumentan nuestra perspectiva del mundo y nos dejan entrever aspectos que quizá nos eran desconocidos, leer es algo que no debemos dejar de hacer, leer de todo y leer mucho.
Para los que disfrutamos la literatura, como para todos, unos libros serán más especiales que otros. Y sin embargo, no debemos cerrar la puerta a explorar todos los géneros, encontraremos que es una deliciosa experiencia. Desde novelas románticas y de ficción histórica como Inés del Alma Mía, hasta los clásicos. Hoy te recomendamos una de esas novelas que hay que leer definitivamente, porque su autor puede considerarse una de las grandes glorias de la literatura europea, Emile Zola.
Nuestra heroína Teresa Ranquin está lejos de ser lo que sería una damisela resignada y temerosa de la novela romántica del 1800, la novela es de 1867. Una niña se queda huérfana a cargo de una tía que tiene un hijo poco mayor que la niña, pero un niño enfermizo frente a una huérfana saludable. La tía cuida al hijo con desmedido celo y condena a la niña a sufrir sus mismas enfermedades y a compartir la gris existencia de un niño acostumbrado a estar postrado para mantenerse saludable. La niña crece y el primo también, ella tan gris como él, resultado de su cerrado círculo.
La tía logra la boda de los primos, y en un momento de fugaz independencia aquellos quieren marchar lejos de ella y emprender la vida solos, pero la anciana se empeña y compra una mercería. La vida de Teresa Ranquin se convierte en aún más aburrida. Pasa los días en la mercería con la tía y su única vida social es la visita de algunos amigos de la familia en una noche a la semana. Eso cambia cuando su primo y ahora marido trae a casa a un viejo amigo, que es guapo, alegre, desenvuelto, todo lo que Teresa Ranquin no conocía hasta ahora.
Pronto están enamorados y planeando un asesinato, las cosas se complican, la pasión es tan avasalladora que no los detendrá hasta cabar su propia tumba, y la historia es totalmente decadente, pero es una historia que podríamos leer en los diarios. El escándalo que suscitó a la hora de su publicación convirtió este libro en un libro censurado y a Emile Zola como el autor despreciado.
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