“El adversario” de Emmanuele Carrère es una de las obras de no ficción más populares de los últimos años, y un texto que genera una extraña sensación a medida que nos adentramos en la psicología de su personaje. Un hombre que miente durante años y que, a punto de ser descubierto por sus seres queridos, decide asesinarlos para no tener que enfrentar la humillación.
La historia gira en torno a un hecho real y su protagonista, Jean-Cleaude Romand, es un falso médico que en 1993 asesinó a cinco miembros de su familia e intentó, sin éxito, quitarse la vida. Los había engañado durante 18 años y finalmente terminó asesinado a su esposa, dos hijos y a sus padres.
¿Cómo era la vida de Jean-Cleaude?
“El adversario” nos sumerge en una vida de mentiras y estafas. Jean-Cleaude le hizo creer a su familia que era un prestigioso médico que trabajaba en Ginebra para la Organización Mundial de la Salud. Tenía un modo de vida acomodado que financiaba con los ahorros que su entorno le confiaba para invertirlos en Suiza.
La cadena de mentiras de este personaje revulsivo comenzó pronto en su vida, luego de no presentarse a un examen de segundo curso de Medicina. A partir de allí, cada mentira se iba apilando y creando un monstruo cada vez más grande. Nunca, en toda su vida, permitió que su esposa lo contactara en el trabajo, y sus supuestas jornadas laborales las pasaba en alguna cafetería, en la biblioteca, paseando por un parque o en el coche.
¿Qué lo llevó a asesinar a sus seres queridos?
El 9 de enero de 1993, la mentira finalmente había alcanzado la puerta de Jean-Cleaude para exigirle ser revelada. Una antigua amante, que le venía reclamando el dinero invertido hace mucho tiempo, y otras personas estaban a punto de descubrir su gran mentira. Entonces asesinó a su esposa, a sus dos hijos de 5 y 7 años, a sus padres y a su perro. Incluso estaba por asesinar a su amante, pero las súplicas lo impidieron.
Jean-Claude intentó suicidarse con barbitúricos y prendiendo fuego su casa. Falló. Una vez apresado, comenzó a comunicarse mediante cartas con el escritor Emmanuele Carrère, quién inmortalizaría la historia en “El adversario”.