Libros Mágicos. Noticia

Libreros y editores miman el género fantástico juvenil como un superventas que guía a los jóvenes hasta convertirles en lectores adultos. Las populares saga de «Harry Potter» y «Crepúsculo» fomentan esta tendencia.
El mago de Hogwarts abre puertas a otros mundos dentro y fuera de la ficción. Desde que Harry Potter y la piedra filosofal llegó a las tiendas y se convirtió en un fenómeno mundial han pasado 14 años, pero el mago huérfano sigue mandando mucho en las librerías de todo el país. No sólo porque su sombra aún cobija a decenas de propuestas similares para el público infantil y juvenil. Su condición de primer espada de los libros de magia, criaturas mitológicas y malvados épicos ha hecho despertar el interés por autores clásicos. Y sobre todo porque es un best seller que introduce a los más jóvenes en la lectura. «Con Harry Potter los niños pierden el miedo a leer tochos de 800 páginas», apunta Jesús Figueroa, presidente de la Asociación de Editores del País Valencià (AEPV).

La obra de J. K. Rowling, dirigida a un público infantil y adolescente, vendió en diez años 400 millones de ejemplares en todo el mundo. Si se tiene en cuenta los datos del último informe de la Federación de Gremios de Editores de España (enero 2011), que sostiene que prácticamente el 80% de los menores de 18 años lee en su tiempo libre y que el 70% de la población de hasta 24 años es lectora habitual, resulta comprensible el esmero de los libreros por mantener bien provista una estantería llena de estas primeras experiencias literarias. Y que las ventas de literatura infantil aumentaran en la C. Valenciana del 2 al 3,4% del total entre 2008 y 2009.

Además, si al buen momento del género le sumamos el boom que vive desde hace dos años la novela vampírica, no resulta extraño encontrar estantes de contenido gótico-épico-medieval en la sección de libros para jóvenes. Y nombres como Crepúsculo, Memorias de Idhún, Eragon, o cualquier Harry Potter entre los libros más leídos el año pasado. Figueroa interpreta que el buen momento que vive el género fantástico hoy en día es similar «al que vivió en su día la ciencia ficción, ahora de capa caída», porque «da respuesta a uno de los tres o cuatro grandes temas de la literatura, el de los otros paraísos donde se cumple lo que aquí no se cumple».

Y eso que las estadísticas hablan de la fantasía como el tercer género más popular para los lectores más jóvenes, con el interés del 20% de los lectores preadolescentes de 10 a 13 años. Pero dentro de este epígrafe prosperan los autores más vendidos. Hay escritores de fantasía con un importante volumen de ventas, como la valenciana Laura Gallego con sus Memorias de Idhún o Cornelia Funke, autora de las novelas Mundo de Tinta y Reckless. Carne de Piedra. Son dos pasajeras de la estela de Rowling que, sin embargo, se sostienen solas aunque no todo lo que tiene tirón entre la gente joven es Crepúsculo. Otros autores de éxito son Ana Alonso y Javier Pelegrín, autores de la saga futurista La llave del tiempo y Temerario, de Nahomi Novik, una saga épica que puebla de dragones el siglo XIX.

En esta línea encontramos también Kika Superbruja, del escritor alemán Knister. Fue el tercer libro más leído por los lectores de entre 10 y 13 en 2010. La saga nació el mismo año que Harry Potter y ambos siguen teniendo enorme tirón entre los primeros lectores.

Los que no descansan en las repisas son Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer. Los cuatro libros, de la autora estadounidense Stephenie Meyer, son los más leídos de 2010 en literatura juvenil e infantil en España. El tema vampírico ya es un boom a todos los niveles.

Superar la barrera de la fantasía y aterrizar en la historia es un paso natural que muchos jóvenes lectores dan de la mano de Ken Follet y sus Pilares de la Tierra. El libro más leído de 2010 en términos absolutos «es devorado por gente de 15 y 16 años que de ahí pasa a las novelas de Idelfonso Falcones», apunta Figeroa. Para un lector, reconocer a un precursor de sus autores preferidos entre el marasmo de imitadores se convierte en un placer. «Alguien que empieza con esos libros antes o después se topa con Tolkien, Ursula Le Guin, el propio C.S. Lewis», apunta Figueroa. Harry, es, al final el heraldo de Frodo.

Autor: ANDRÉS VALDÉS ALICANTE
Fuente: Levante-emv

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